Así lo señaló Federico Hanne en una reciente entrevista que brindó en medios e indicó que las campañas sucias tienen efectos destructivos en la democracia.
En los últimos días la política salteña vibró fuertemente con el trabajo de la Fiscalía Penal Especializada en Ciberdelincuencia. La causa caratulada bajo el delito de Intimidación Pública, que ya tiene 3 personas imputadas, y un diputado Nacional señalado, Emiliano Estrada.
Sobre esto el politólogo, Federico Hanne, celebró la actuación de la Justicia en torno a las campañas de desprestigio en la política, señalando que por primera vez se comienza a investigar y a conocer a los responsables de estas operaciones.
Hanne indicó que este tipo de acciones son sumamente perjudiciales para la democracia, ya que se basan en el descrédito y la desinformación, lo que provoca una creciente desconfianza en la ciudadanía.
El politólogo destacó que lo más preocupante de estas campañas es que "la gente termina sin saber qué es cierto o no", lo que favorece la desinformación masiva. Según Hanne, la falta de claridad y la proliferación de noticias falsas solo consigue que los ciudadanos pierdan la confianza en las instituciones y en los actores políticos, deteriorando aún más la relación entre los gobernantes y la sociedad.
En su análisis, Hanne subrayó el hecho de que se haya comenzado a esclarecer estas operaciones, mencionando que un proceso judicial podría ser la única vía para determinar a los responsables y sancionar estas prácticas. "No va a ser tan fácil ni tan gratuito hacer una campaña sucia", expresó, insistiendo en que es vital que haya una investigación seria y exhaustiva que permita identificar a quienes financian y ejecutan estas acciones.
Hanne también cuestionó la naturalización de este tipo de estrategias, afirmando que durante mucho tiempo se ha dado por sentado que aquellos involucrados en política deben "aguantar" las operaciones sucias sin respuesta.
Sin embargo, consideró que la única forma de sanar esta herida es "retomar una senda de reconstrucción de confianza con la gente", antes de que la política llegue a un estado de "desintegración y disgregación de la credibilidad política".
El politólogo también expresó su preocupación por el impacto que estas prácticas tienen en la política en general, calificándolas como "un cáncer para la política". Según su visión, las campañas de desprestigio y la manipulación mediática sólo favorecen a los actores que se benefician de la falta de transparencia y ética en el proceso político.
También señaló que es importante que se garantice el derecho a la defensa de las personas acusadas y para evitar el fenómeno del "fusilamiento mediático".
Por último, Hanne destacó que la política debe ser un instrumento para el bienestar de la gente, y que la pérdida de la política genuina solo beneficia a aquellos que buscan deslegitimarla. "Buenos dirigentes y buenos legisladores, concejales, etc hacen que la gente gane”, de lo contrario, “solo sale perjudicada la ciudadanía”.
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